sábado, 19 de septiembre de 2009

Lo bueno, lo lindo y lo malo del iPhone 3GS


Por Ariel Torres
(La Nación, Buenos Aires)
Como adelanté hace unos meses, decidí cambiar mi Nokia E70 (un modelo de 2006 robusto pero lento y, en muchos sentidos, obsoleto, es decir sin 3G y sin GPS) por un iPhone. Me armé de paciencia y esperé que llegara el 3GS, que ahora llevo usando desde hace más o menos una semana.

Dada mi profesión, pruebo una docena de celulares al año. Quien se especializa en el tema aquí, en la sección Tecnología, es Ricardo Sametband, pero los equipos pasan también por mis manos en algún momento. Cada tanto, cuando alguno me atrae particularmente, hago un videoanálisis.

Hasta ahora, sin embargo, ninguno me había tentado lo bastante para dejar el sólido y versátil E70 atrás. Excepto el iPhone.
[Sigue +/-]

Me gustó desde la primera versión, llamada 2G, y está a años luz de los demás móviles, y no por sus funciones, sino por la relación que establece con el usuario . Una vez más, como con las interfaces gráficas para computadoras hace 25 años y con el iPod en 2001, Apple marcó el rumbo por seguir. Hacía mucho que no disfrutaba tanto con un dispositivo electrónico, y ése es precisamente el secreto del iPod y el iPhone: es una placer usarlos.

Sin embargo, el nuevo modelo es una combinación de luces y sombras. Estaría bastante frustrado si no hubiera encontrado un atajo para su falla fundamental: la batería.

¡Además, no trae el trapito para limpiarlo!

Velocidad
Hablando en serio, el 3GS es notablemente más rápido que el modelo anterior, el 3G. Esto se nota sobre todo al abrir aplicaciones, no tanto al ejecutarlas. Que un programa tarde en arrancar me saca de quicio, así que para mí esta presteza es significativa. También cargan más rápido algunas páginas Web. En el desempeño del equipo (mensajes de texto, iPod e incluso los actuales juegos 3D) no hay una gran diferencia con el modelo anterior, no al menos una que justifique la compra. Por ahora.

Esta situación irá cambiando a medida que aparezcan aplicaciones que aprovechen la mayor potencia del 3GS. Aunque esto, como se verá enseguida, podría ser más un castigo que una bendición.

Por ahora, donde más se nota la mayor potencia del 3GS es en que la característica y todavía inigualada capacidad de respuesta de la pantalla sensible del iPhone ha mejorado aún más. Ya no hay que esperar un par de segundos hasta que se le ocurra rotar. Todavía no es instantáneo, pero casi.

Toma 3
Otros dos factores que ponen al nuevo modelo por encima del anterior son la cámara de video de 3 megapixeles con autofoco y la posibilidad de grabar videos (sin hacer un jailbreaking ; es decir, desbloquearlo). En ambos casos, el teléfono también enfoca cualquier parte de la imagen que toquemos en la pantalla. Excelente. Saca fotos aceptables y graba videos razonablemente buenos; las películas, además, pueden cortarse en el teléfono y guardar la copia editada o sobrescribir el video original.

Aunque con más megapixeles, la cámara del 3GS sigue dando fotos con bastante grano (se llama ruido, en la jerga), defecto que arrastra desde las versiones anteriores; en condiciones de poca luz, esto está muy por debajo de lo admisible para un celular de este costo.

Ahora, ¿tanto trabajo era agregar un botón de obturación? Yo entiendo que el diseño es para Apple más importante que el oxígeno, el agua y la luz solar. Pero un botón chiquito, a la derecha, que ni se note...

Nada, seguimos trabajando con ese botón en pantalla. No es que me saque muchas, pero adiós a las autofotos por ahora.

Wi-Fi
La recepción de Wi-Fi no ha mejorado ni un poco. En las condiciones adversas de mi caserón de paredes gruesas y mucho hierro, con el router inalámbrico a 20 metros y en el primer piso, ambos, el 3G y el 3GS son incapaces de captar la señal. En cambio, el veterano E70 la tomaba con la misma facilidad que una notebook. Para que quede claro, es prácticamente imposible para un celular captar mi router a esa distancia y con tantos obstáculos, pero tenía la esperanza de que hubieran mejorado un poco este aspecto y que estuviera a la altura del E70. No es así.

Dado el consumo de batería que impone la banda ancha móvil (llamada 3G; de allí el nombre de la segunda versión del iPhone), tendré que poner otro router en el medio para puentear la señal Wi-Fi o convocar a espíritus del más allá que empujen las microondas con más fuerza. También se puede reforzar la señal por medios físicos, pero eso puede ser visualmente grotesco; incluso en mi estudio atiborrado de hardware.

Lo peor del 3GS
El punto más débil del nuevo iPhone es la duración de su batería. Si se lo usa con todo lo que el teléfono tiene de interesante (banda ancha móvil, Push y GPS), no durará un día. De hecho, se reducirá a bastante menos de un día, si además se abusa de la aceleración 3D, el otro punto fuerte del nuevo modelo. Algunos han sugerido que los 3GS cuyas baterías duran poco están fallados. No lo están. Lo que está mal es la batería instalada por Apple.

La de este nuevo modelo es de 1219 miliamperios por hora (mAh), mientras que la del modelo anterior es de 1150 mAh. El procesador del 3GS (un ARM Cortex-A8) es 45% más veloz que el del 3G, y aunque es verdad que también es más eficiente, es imposible que sea 39% más económico en términos de consumo.

A esto se suma la aceleradora de video. En el modelo anterior era una PowerVR MBX Lite, diseñada para consumir poco. La del 3GS es una PowerVR SGX, más nueva y (adivine) más potente; una aceleradora de video con todas las de la ley, de hecho.

Sin analizarlo tanto, es muy fácil darse cuenta por qué el nuevo iPhone se queda tan rápido sin batería. Cuando se lo usa para tareas intensivas calienta, y calienta bastante más que el 3G o el iPod Touch. No llegó, al menos en mis pruebas, a niveles alarmantes, pero transpira mucho más que el 3G. Más calor disipado significa una sola cosa: más consumo de energía. Esto es genial porque se trata de una potente computadora de bolsillo (aquí hay un buen desglose, en inglés, del hardware del 3GS: www.phonewreck.com/2009/06/19/iphone-3gs-teardown-and-analysis/ ). Lamentablemente, la batería no está a la altura. Es, por mucho, lo más flojo del nuevo iPhone.

La autonomía del modelo anterior sufre horrores cuando se usan simultáneamente y durante mucho tiempo el GPS y la banda ancha móvil. Al 3GS esto lo lleva a la zona crítica, y si además se emplea la aceleradora de gráficos (jueguitos 3D, típicamente), la duración de la batería se desploma.

Houston, we have a problem
Lamentablemente, el GPS y la banda ancha móvil, combinados con la excepcional pantalla táctil del iPhone, son lo que vuelve a este teléfono tan interesante. Mi primera impresión fue que iba a tener que optar entre usarlo o mirarlo.

El iPhone es lindo, pero tampoco tonterías.

Así que me propuse encontrar una fórmula para emplearlo sin mayores limitaciones y que la batería durara al menos un día entero. ¿Acaso dos?

Descubrí que no existe forma de que el 3GS dure más de un jornada entre recargas, al revés que el modelo anterior, que puede alcanzar las 48 horas, si se hace un uso moderado de la banda ancha, los jueguitos y el GPS. Pero, ¿había una forma de configurar el iPhone 3GS para ponerlo a cargar sólo una vez por día?

Comencé mis experimentos con estos números: sin 3G y sin emplear GPS ni juegos, 1 hora y 23 minutos de uso (mensajes, telefonía, cámara) consumió el 27% de la batería. Eso proyectaría unas 5 horas de uso continuo. Pero, en realidad, ese 27% se fue en una noche de sueño más 7 horas de un día normal de trabajo, por lo que el teléfono debería durar cómodamente más de 24 horas.

Noté, sin embargo, que durante la noche se había evaporado un 10% de batería. ¿Qué estaba pasando? No lo sabía, pero primero me concentré en lograr que durara al menos 12 A 15 horas con sus funciones clave encendidas.

Si necesita autonomía, aquí va la receta:


Primero, hay que olvidarse de los juegos en 3D. La potente aceleradora de video del 3GS devora batería, y si el videogame usa vibración, peor. No tengo problema en estar sin juegos, pero para algunas personas ésta puede ser la diferencia entre comprar o no el nuevo iPhone. Paradójicamente, dado el hardware que trae, Apple estaba pensando en jueguitos cuando lo diseñó.


Segundo, hay que desactivar el Push (Ajustes> Mail, contactos, calendarios> Obtener datos ) y configurar el celular para que obtenga datos cada una hora o manualmente. Si recibe muchos mails y tiene activado Push, el servidor estará enviándolos todo el tiempo al teléfono, abusando de 3G y, con esto, gastando batería. Si la señal es pobre, el Push causará un estrago.


Tercero, desactive Wi-Fi hasta que necesite detectar una antena o cuando sepa que tiene un hotspot a mano (en casa, en la oficina). Tendrá así un componente menos gastando energía y evitará que se la pase rastreando y tratando de conectarse a cuanta antena se le cruce en el camino.


Cuarto, desactive Bluetooth, excepto cuando lo vaya a usar.


Quinto, baje el brillo de la pantalla. Excepto para estar a plena luz del día, el equipo viene de fábrica con demasiado brillo. A propósito, la del iPhone es una de las pantallas más visibles al sol. Pero no se exceda: el calor externo más el interno constituyen una pésima combinación para este equipo.


Sexto, apague la pantalla cuando no use el móvil y reduzca el tiempo de bloqueo automático a 1 minuto ( Ajustes>General ).

Pruebas
Puse en práctica esta receta y estos fueron los resultados.

Encendí 3G y apagué Wi-Fi y Bluetooth, y desactivé Push , dejando la obtención de datos en una hora por vez; podría mejorar ese valor más adelante, llegado el caso. Normalmente estoy cerca de una computadora, así que no necesito saber al instante cuándo me llegan los mensajes. De ser así, puedo verificar las casillas en forma manual. A fin de cuentas, es lo que uno hace cuando espera algo con ansiedad.

Me abstuve de los jueguitos por completo y dejé de hacer interminables experimentos con el GPS. Dicho sea de paso, la exactitud del sistema es excelente, tanto para la ubicación cuanto para medir velocidad. La brújula digital, un encanto.

Wi-Fi consume menos batería que 3G, por lo que conviene buscar una señal o usar nuestro router inalámbrico para mails y la Web o el chat. Pero si la meta es ahorrar cada gota de energía, es mejor desactivarla cuando estamos en movimiento.

Con esta configuración y hablando y mandando mensajes como siempre, el iPhone 3GS llegó casi al mismo nivel de consumo que en el experimento anterior. En un día tranquilo, luego de 8 horas de jornada laboral, todavía tenía una autonomía del 67 por ciento. Nada mal, aunque quedaban unas cuantas horas por delante.

Ahora, ¿por qué perdía 10% de batería por la noche? Eso es prácticamente el equivalente a 4 horas de uso normal, incluido el tiempo de espera.

Dormir en el avión
Como toda casa antigua, la mía es una gigantesca jaula de Faraday: vitrales con marco de hierro, persianas del mismo metal y vigas como para sostener un rascacielos ( http://es.wikipedia.org/wiki/Jaula_de_Faraday ). Así que las señales electromagnéticas encuentran mucha dificultad para entrar y salir. Desde el living, el iPhone me ubica por triangulación de antenas a dos o más cuadras de mi casa, y la señal de celular oscila entre poco y nada. En cambio, desde la terraza, me localiza con precisión por GPS dentro de la manzana donde vivo y la señal 3G sube al máximo.

A los fines de la duración de la batería, la mayoría de las casas son una pesadilla, sean viejas o nuevas, porque debemos ponernos detrás de rejas por razones de seguridad. Cuanto más pobre es la señal, más consume el teléfono. Esto no tiene arreglo, fuera de ir a la terraza, lo que no es aconsejable cuando llueve o hace -2°C, o hablar pegado a una ventana sin rejas.

Entonces entendí por qué el iPhone había devorado 10% de batería durante la noche. En mi dormitorio, ubicado en el corazón de la casa, la señal es prácticamente nula. Decidí hacer otro experimento. ¿Apagar el teléfono? No, algo mejor.

Si al dormir pone el celular en silencio (es lo que yo hago; alguna vez uno debe darse permiso para no estar disponible), conviene activar el Modo Avión . Hice la prueba y el consumo nocturno bajó del 10% al 1 por ciento. ¡Lo había logrado! Me sentía como en la película Apolo 13 .

En todo caso, esto cuenta para todos los celulares. Si tiene señal pobre en su casa y quiere ganar algo de autonomía, póngalo en Modo Avión durante la noche. Tenga presente, sin embargo, que en ese modo no recibirá ni llamadas ni mensajes de texto y quienes disquen su número recibirán el mensaje de que su teléfono está apagado o fuera del área de cobertura. Técnicamente, ha apagado la radio del celular.

Dicho sea de paso, no es lo mismo poner el teléfono en Modo Avión que apagarlo. El iPhone tarda en iniciarse casi lo mismo que una PC; bueno, no tanto, pero le lleva un rato. De hecho, todos los smartphones son computadoras que, además, sirven para hablar por teléfono. El proceso de arranque -y en menor medida el de apagado- consume más batería que simplemente apagar la radio del teléfono al ponerlo en Modo Avión .

El iPhone no es el celular que recomendaría sólo para hablar, mandar SMS y sacar fotos, pero su calidad de audio es tan buena que tiene sentido para reemplazar un iPod Touch u otros reproductores de música costosos. Si éste es su caso, es decir, si rara vez visita la Web o usa los mapas o el correo electrónico, conviene desactivar 3G. La pantalla pasará a decir EDGE. Eso es 2G y consume mucha menos energía que la banda ancha móvil. Para correo y calendarios, no sobra, pero alcanza.

Música, maestro
Una de las mejores noticias del iPhone 3GS es que su reproductor de música no consume casi nada, y la calidad de audio es excelente (para auriculares sólo aceptables, como los que trae el equipo, y considerando que se trata de MP3). Es un iPod, en definitiva, y está en el nivel de los mejores, incluso mejor que el 3G. No es alta fidelidad, pero es tan bueno como los mejores dispositivos portátiles de MP3. Así que ahora puedo tener mi hora de música obligatoria por día (de otro modo, uno se seca por dentro) sin perder llamadas y SMS.

Queda mucho por decir del iPhone 3GS. No es el teléfono más avanzado que existe. El Toshiba G01, el Nokia N900, el Palm Pre, el Sony Ericsson Satio y el HTC Hero ofrecen más megapixeles y multitarea, dos puntos muy flojos del iPhone, y con más autonomía. Sin embargo, es el más humano de todos, y no porque sí ganó tanto espacio en tan poco tiempo. A mi juicio, está haciendo un recorrido semejante al de las primeras computadoras personales con interfaz gráfica, las Mac. Por esto me resulta tan interesante.

Claro que, si estoy en lo cierto, entonces Apple podría estar cometiendo por segunda vez el mismo error.

Dejaré ese análisis para próximas columnas.