jueves, 10 de septiembre de 2009

Libros digitales de Google desatan controversia


Por Vanessa Mock
(Radio Nederland)

Con cierto temblor en su mirada, un joven se acerca al mostrador y le entrega una nota al vendedor: “¿Tiene este libro?” susurra.

Para este amante de los libros, ir a la caza de antiguas impresiones y raros tesoros es casi tan placentero como la propia lectura. “Mataría por encontrar el libro que busco,” bromea.

Pero, a pocos pasos de esta librería de libros de viejo o de segunda mano, en el centro de Bruselas, ejecutivos de Google están conformando su proyecto de construcción de un imperio global de libros digitalizados, que deberá revolucionar el estilo de lectura actual.
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“Si por mí fuera, dentro de quince años se podría ir a una librería y comprar cualquier libro que se haya impreso alguna vez, ya sea en versión digital como impresa. Algunos preferirán la digital, otros la versión en papel, algunos optarán por ambas,” afirma Dan Clancy, director de Google Books Engineering.

Clancy ha mantenido una reunión clave esta semana con la Comisión Europea, para convencer a los editores europeos escépticos de que se adhieran al proyecto. En Europa, muchos temen que un caso judicial en Estados Unidos allanará el camino para que Google se convierta en un monstruo con poderes excesivos en el mundo editorial.

Monstruo editorial
Bajo los términos de una propuesta de acuerdo jurídico en Estados Unidos, Google obtendría los derechos exclusivos para vender libros que ya no están sujetos a los derechos de autor y aquellos que ya no se imprimen. Se trata de una cantidad de nueve millones de libros en el mundo. Se teme que este acuerdo tenga una influencia directa en los libros europeos. “Si una copia de un libro publicado en Europa aparece en una librería de Estados Unidos, Google podría 'escanearlo', aún cuando los derechos no hayan sido vendidos en el mercado norteamericano, lo que podría perjudicar las oportunidades del propio editor de vender esos derechos,” advierte Angela Mills Wade, del Consejo de Editores Europeos.

Esta semana, Google intentó aplacar los temores, quitando del mercado on-line norteamericano todos los libros que aún están a la venta en Europa. Pero muchos editores siguen en alerta.

“El problema es que es muy complicado para cualquier editor controlar qué libros ha puesto Google en línea,” explica Bernard Gerard en nombre de los libreros belgas, agregando que “llevaría años” antes de que Google satisfaga las exigencias de derechos de autor europeas, que difieren de país en país.

“El derecho de digitalizar un libro, en última instancia, reside en el editor,” explica Gerard, “no debería publicarse en línea ningún libro sin un acuerdo previo con el editor. Si esto no se cumple, se trata claramente de una infracción.”

¿Guerrero cultural?
Sin embargo, el proyecto ha sido bien recibido por otras partes, como el gigante editorial MacMillan, y bibliotecas universitarias como la de Gante y la Bodlean, en Oxford. Estas instituciones ya han registrado un aumento en el número de usuarios. “Si eres estudiante y sólo quieres leer un capítulo, como suele ser el caso, es mucho más simple buscarlo on-line. No tienes que perder una enormidad de tiempo buscando en una biblioteca,” afirma Dan Clancy, de Google.

Sorprendentemente, también muchos libreros se muestran entusiasmados, y afirman que Google contribuye de este modo al patrimonio cultural.
Pese a ello, el amante de los libros en la librería de usados de Bruselas está menos convencido. “Me gusta sentir, oler, tocar, un libro. Quiero tenerlo en mis estantes, a mano. Es una pasión. Nunca sería lo mismo buscarlo por Internet.”

Google, el gigante de los libros
El año pasado, Google llegó a un acuerdo con la asociación de editores en Estados Unidos, a raíz de un juicio por violación de los derechos de autor iniciado en su contra en 2005.

Bajo los términos de este acuerdo, Google se comprometió a pagar $ 125 millones para clausurar todos los reclamos pendientes y entregar el 63% de los beneficios a los editores y autores. Google se queda con el resto.

Los libros 'escaneados' que ya no están a la venta – en más de 400 idiomas – se pueden adquirir on-line, representando el 3% del total de ventas de libros.